”Dada la cantidad de familias que se pusieron en contacto con Noticias Mercedes y el espacio que merecen sus testimonios, no es posible una nota que incluya a todos los casos de corrupción en el juzgado de familia N° 1, Servicio Local y Servicio Zonal.
Los casos describen situaciones más que dramáticas, con familias destruidas arbitrariamente, menores en medidas de abrigo brutales, encubrimiento de abusos sexuales por el propio personal del Servicio Local y mucho más.
El primer caso es el del vecino Julio Cesar Zicker, padre de dos nenas, que en esta publicación son identificadas como Agustina (actualmente tiene 13 años) y María (actualmente tiene 17 años), para preservar sus identidades.
Agustina se está muriendo bajo una medida de abrigo brutal, y está siendo literalmente devorada por una infección que data de un año atrás. A causa de esto, uno de sus riñones murió y el otro está seriamente comprometido por una bacteria que no está siendo tratada. Además, presenta un dificil cuadro de desnutrición.
Desde el Servicio Local y el Juzgado restan total importancia a la situación a pesar de la desesperación de la familia.
Agustina nació con una patología congénita llamada Mielomeningocele e inmediatamente fue trasladada al hospital de niños Sor Maria Ludovica de La Plata donde permaneció internada 40 días.
En ese hospital se le practicaron dos intervenciones complejas y tras su alta, los padres recurrieron al hospital Blas L. Dubarry solicitando una ambulancia para el retorno de la beba a Mercedes. El hospital instruyó a la familiia a solicitar la ambulancia al Servicio Local.
El servicio local respondió pagándoles los boletos de colectivo para traer a su beba con dos intervenciones quirúrgicas en transporte público.
Desde entonces las relaciones entre el Servicio local y la familia se mantuvieron tensas.
Meses después, desoyendo a los médicos tratantes, el Servicio local comenzó a tomar las complicaciones propias de la patología de la niña para acusar y hostigar a la familia. El primer argumento fue el bajo peso de Agustina aunque los médicos aclararon que se trataba de una condición patológica. Pero cuando los padres tuvieron que llevar a su hija al hospital por neumonía, el Servicio Local tomó una medida de abrigo de 40 días, en los cuales la menor pasó los días con otra familia.
Sin el tratamiento adecuado que recibía en su casa, tras finalizar la medida de abrigo, sus padres debieron buscar a Agustina en el hospital, con menos peso que el que tenia cuando fue apartada de su hogar, y tras el alta por otra neumonía adquirida durante el abrigo.
Fue en esta etapa cuando en respuesta, Cesar realizó la primera denuncia contra el Servicio Local ante la fiscalía, lo que generó que el Servicio Local asuma al padre como un enemigo personal a quien hay que combatir y castigar aunque cueste la vida de su hija.
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Se organizó entonces en el Servicio Local una operación que consistía en prometerle a padre e hija transporte al hospital Sor Ludovica. El transporte finalmente no se presentaba, provocando que la paciente pierda el turno. Esta operación es hasta hoy uno de los principales argumentos del Servicio Local contra la familia, acusándola de no haberla llevado al hospital.
Lo mismo hicieron posteriormente con un cronograma de cuidados, donde se informó al personal que Cesar debía cuidar a su hija a las 14:00, mientras que a él se le notificó a las 19:00 con la finalidad de exponerlo como padre negligente.
Son muchas las familias que coinciden en operaciones del Servicio Local mediante notificaciones tardías o que nunca fueron entregadas para procurar incumplimiento por parte de las familias en la mira y así poder acusarlas.
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Teniendo 10 años, Agustina sufrió una fractura de fémur. Cesar la llevó al hospital y ni él ni su hija podían explicar cómo pasó, porque los pacientes con la enfermedad Mielomeningocele no tienen sensibilidad: no saben cuando se lastiman.
El Servicio Local intervino nuevamente exigiendo una medida de abrigo por 180 días, supuestamente en un hogar de alta complejidad que finalmente resultó ser una institución principalmente para patologías mentales ajenas a la patología de Agustina.
Esta fue la medida que hoy pone en peligro la vida de Agustina. Aquella medida de 180 días terminó por prolongarse en el tiempo hasta la actualidad, privando a Agustina de acceder a retiradas solicitudes de traslado al hospital Sor Ludovica, el hospital que, desde su nacimiento, supo afrontar de manera avanzada los problemas de salud de Agustina.
Agustina, además de estar muriéndose, con un riñón inutilizado y otro atacado por bacterias, está sufriendo un difícil cuadro de desnutrición, y está desescolarizada. Desde hace 3 años está encarcelada, sin haber salido a la calle más que en ambulancia, viviendo entre gritos y hechos perturbadores de otros pacientes (niños y adultos) que sí padecen patologías mentales, y donde le roban los juguetes y ropa que Cesar le lleva.”
Para leer el artículo completo, hacer click aquí: “Terror en Servicio Local y Juzgado de Familia: Hogares destrozados y abuso de menores”.
ACLARACIÓN: Esta nota fue reproducida con el permiso de Noticias Mercedes. Toda la información que se reproduce aquí fue publicada originalmente en el sitio web de Noticias Mercedes.