Ayer por la tarde se conoció la noticia del asesinato de Juan Roldán, un oficial de la Policía Montada, que intervino para detener a un hombre alterado que molestaba a dos personas en un bar de Palermo. El policía murió asesinado por el agresor, quien le clavó una faca en el corazón, y el hecho reavivó el debate sobre la indefensión con la que las fuerzas de seguridad deben enfrentarse a los delincuentes: si Roldán se hubiese defendido antes de ser atacado, habría sufrido una causa penal y estaría esperando su condena, como52.23.80.220/4dcuatro-dias-con-facundo-pastor-03-12-18/” target=”_blank” rel=”noreferrer noopener”> Luis Chocobar.
Jonatan Viale analizó qué pasa con un país en donde la aplicación de la Ley es dudosa, donde los valores morales son antigüedades sin sentido, ya que nada está del todo bien ni del todo mal, y en el que se premia al que decide saltarse las normas y se castiga, por “facho”, a quien busca que la Ley se aplique.
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Por este motivo, el periodista consideró a la decisión de la Corte Suprema de Justicia de aceptar discutir el pedido de los jueces que investigan por corrupción a la vicepresidenta Cristina Fernández, como “un poquito de agua en el desierto”. Si la Corte rechazaba el per saltum, se confirmaba el traslado de los jueces (y la impunidad de la mandataria).
“Cristina intentó mandar un mensaje disciplinador para todos y todas, para los jueces y los fiscales. Pero esta vez, y al menos por ahora, la Corte no la dejó. Es bueno que en medio de tanta anomia, salvajismo y muerte, la máxima instancia judicial del país no firme un cheque en blanco a la corrupción”, afirmó el periodista.
Comentario editorial de Jonatan Viale en “Viale 910”, por radio La Red – 29/09/20