Hoy comienza el debate en el Congreso sobre la ley de Reforma de la Justicia argentina que el presidente Alberto Fernández prometió en su plataforma de campaña. Para Cristina Fernández, esta reforma no es la que el país se merece, y, aunque no aclaró en qué modificaciones del sistema judicial están pensando, se sospecha que quiere cambios mas profundos, que llevarían a la Justicia a perder su independencia y a ser devorada por el populismo.

Para la oposición, y una parte de los ciudadanos, este proyecto representa un avance definitivo sobre uno de los tres poderes de la República, y solo busca garantizar la impunidad de varios dirigentes kirchneristas, en especial la actual vicepresidenta.

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Pero mas allá de esta grieta, la Justicia argentina demuestra su baja calidad, como se advierte en jueces como Rodolfo Canicoba Corral o Norberto Oyarbide, vinculados al enriquecimiento espurio, a la adaptación de los fallos al color del gobierno de turno, y a todo tipo de delitos como tráfico de drogas o cobro de coimas.

Ahora bien, ¿es oportuno el momento que eligió el gobierno para discutir estos temas? “No hace falta una reforma judicial, muchachos. La Justicia federal se acomoda sola. Siempre es oficialista, siempre es servil al poder de turno. El verdadero problema de la reforma judicial es que le suma tensión a un país que ya está muy tenso”, afirmó Viale.

Comentario editorial de Jonatan Viale en “Viale 910”, por radio La Red – 26/08/20