El presidente Alberto Fernández dijo, en mayo de este año, cuando Argentina atravesaba el segundo mes de aislamiento, que el modelo de Suecia para enfrentar la pandemia de Covid-19 (que apeló a la responsabilidad individual y la distancia social) no estaba dando resultados para detener los contagios y evitar las muertes. Además, lo comparó con las medidas tomadas por Noruega, que había aplicado una cuarentena estricta y parecía estar controlando mejor la propagación del virus Sars-Cov-2. Y realizó esa comparación para defender los beneficios de las cuarentenas estrictas, que es la estrategia que adoptó nuestro país, en su lucha contra el coronavirus.
Tres meses después, los números de Suecia y Argentina se acercan, a pesar de que transitamos el día 143 de cuarentena. El país nórdico confirmó, hasta el 8 de agosto, 82.323 casos positivos y padeció 5.763 fallecidos por coronavirus, mientras que Argentina presenta 246.000 casos y 4.606 fallecidos: se estima que, esta semana, nuestro país alcanzará a Suecia en la cantidad total de fallecidos por coronavirus.
[anuncio_b30 id=3]
Sin embargo, las realidades económicas y sociales de ambos países no son equiparables: el país europeo tiene 10 millones de habitantes, mientras que nosotros tenemos 40 millones, según el censo de 2010. La densidad poblacional de Estocolmo, la capital sueca, es de 7.300 habitantes por kilómetro cuadrado. CABA duplica esa cifra: 15.000 hab/km2. Además, Anders Tegnell, el epidemiólogo sueco que lideró la estrategia elegida para frenar al Covid-19, admitió en mayo que las políticas adoptadas habían producido “demasiadas muertes”, según informó la BBC.
Comentario editorial de Jonatan Viale en “Viale 910”, por radio La Red – 10/08/20