Finalmente, se confirmó que el grupo de delincuentes que atacó a Jorge Ríos la semana pasada, pertenecía a la barra brava de Quilmes. La patota ya había atacado antes: Marcelo Novillo denunció públicamente que en 2014, a la salida del boliche Space, asesinaron a golpes a su hijo Adrián, de 16 años, para robarle las zapatillas. Por ese crimen solo fue condenado a prisión domiciliaria Fernando Amaro, mientras que los diez miembros restantes de la banda nunca fueron detenidos ni investigados por el crimen.
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La violencia barra existe en Argentina hace muchísimos años. La historia de José Barrita, “El abuelo”, jefe de “La 12” unificada, la barra brava oficial de Boca, que vió el negocio de la violencia en el fútbol: “Si querés paz, si no querés muertos, pagá”.
Viale explicó que estos grupos violentos no son hinchas, sino mercenarios que organizan “la calle” para los clubes, los sindicatos, los traficantes de mercaderías y los políticos. Para ellos, el fútbol es una excusa para hacer sus negocios: se encargan de la venta de entradas, de droga, de los “trapitos” y de conseguir los vehículos para movilizar personas durante actos de campaña.
“Los barras son funcionales al poder político” denunció el periodista, y agregó: “y mientras tanto, los políticos tienen peleas de juguete. No están a la altura”.
Escuchá el comentario editorial de Jonatan Viale en “Viale 910”, por radio La Red – 23/07/20