En ocho meses de gobierno, la presidencia de Alberto Fernández y Cristina Kirchner han sufrido un cacerolazo cada dos meses. El primero fue para exigir que los políticos reduzcan su salario. El segundo, en abril, para protestar contra la liberación masiva de presos debido a la pandemia de Covid-19. En junio, miles de argentinos rechazaron el intento de estatización de Vicentin, la principal empresa nacional de agronegocios. Y el último cacerolazo, que tuvo lugar ayer por la noche, se generó por la reforma a la Justicia que el Gobierno busca instrumentar.
Las sospechas de una parte de la ciudadanía y de la oposición, es que el objetivo de la reforma es garantizar la impunidad de la vicepresidenta, investigada por : uno de los miembros del consejo que establecerá las modificaciones a la Corte Suprema de Justicia (el órgano que, en última instancia, deberá decidir la inocencia o la culpabilidad de la ex presidenta) es el abogado actual de Cristina, el doctor Carlos Beraldi.
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Para Jonatan Viale, lo que también molesta a los argentinos, es la falta de oportunidad para presentar la reforma: durante una pandemia y una crisis económica brutal (quizás, la peor de la historia de nuestro país), los cambios en la Justicia le costarán a los ciudadanos $5.000 millones de pesos, si se consideran los salarios y el equipamiento de las nuevas fiscalías.
“Creo que algunos no entienden el país que se viene. Argentina se está transformando en un país africano: pobreza del 50%, desocupación de 15%, inflación con un piso de 40 puntos, el PBI se va a desmoronar 12%, el rojo fiscal va a estar en -10 puntos, el dólar paralelo, se habla de $150 pesos para diciembre. Un país donde la mitad de la población va a depender del Estado para sobrevivir“, alertó el periodista.
Comentario editorial de Jonatan Viale en “Viale 910”, por radio La Red – 30/07/20