El viernes pasado se conoció un video en donde se lo ve y escucha a Mario Ishii, intendente peronista de José C. Paz, diciéndole a enfermeros municipales que él los protegía de la policía cuando ellos “vendían la falopa en las ambulancias” de su distrito.

Debería ser un escándalo, pero en la Argentina de hoy, casi pasó desapercibido. Otros intendentes y algunos representantes de la Gobernación de la provincia lo exculparon, explicando que “se sacó la frase de contexto”, que lo que había dicho era “una barbaridad y nada mas”, o que era una persona “con mucha experiencia”.

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Argentina es “un país con los valores destrozados”, dijo Viale, y explicó que es probable que el apoyo del Partido Justicialista (PJ) a Ishii se fundamente en que el intendente es “una máquina de ganar elecciones y mantiene viva la aceitada maquinaria electoral peronista”.

La otra cara de la decadencia: linchamientos colectivos por parte de ciudadanos desamparados, enojados y abandonados por el Estado frente al crecimiento del delito. Según el diario Clarín, en la provincia de Buenos Aires se produce, por inseguridad, 1 muerte cada 3 días. De estos decesos, el 45% son ladrones.