El juez Carlos Villafuerte Ruzo, del Juzgado Federal Nº 2 de San Nicolás ordenó, el 11 de abril de este año, que los campos cultivados cercanos a tres barrios de la ciudad de Pergamino no sean fumigados con agrotóxicos. Lo hizo después de investigar las denuncias de los vecinos de los barrios de Villa Alicia, Luar Kayard y La Guarida (agrupados en la organización Madres de Barrios Fumigados de Pergamino) que afirmaban que existían cientos de casos de chicos con erupciones y problemas respiratorios.
Días después del fallo del tribunal de San Nicolás, el 16 de abril, el equipo de Toxicología de la Corte Suprema confirmó que las napas de esta localidad, ubicada a 200 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, están contaminadas con 18 agroquímicos peligrosos para la salud humana.
Si bien ningún gobierno o institución oficial se atreve a cuestionar, o a reconocer el peligro que implica el uso de agrotóxicos en el campo, fuente de los dólares que llenan las arcas del tesoro público, ya existía un antecedente similar al fallo de Villafuerte Ruzo. El 9 de octubre de 2018, el juez Oscar Daniel Benedetto, de la Cámara 2ª de la Sala 2 de Entre Ríos, estableció que solo se podía fumigar a mas de mil metros de escuelas y mas de 3 mil si la aplicación se hacía por métodos aéreos.
A escala internacional, la situación comienza a cambiar. En marzo, sancionaron a Monsanto, una de las 4 firmas que se reparten el negocio mundial de agroquímicos, a pagar 80 millones de dólares a Edwin Hardeman en San Francisco, Estados Unidos. El tribunal consideró que el glifosato, que se vende bajo la marca comercial Roundup, fue un factor determinante para que Haderman enfermara de linfoma no Hodgkin, un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático. El hombre de 70 años había usado este producto en el jardín de su casa entre 1980 y 2012.
El herbicida Roundup es un producto de venta libre en la mayoría de las provincias de Argentina y en otros países, ya que ni Monsanto ni algunos Estados creen que el glifosato sea causal de cáncer en humanos. En la etiqueta de Roundup Full II, la empresa advierte: “RIESGOS A LA SALUD HUMANA: ROUNDUP FULL II es un producto CLASE IV. PRODUCTO QUE NORMALMENTE NO OFRECE PELIGRO. Es un producto irritante dermal severo e irritante ocular moderado.” (las mayúsculas están presentes en el texto original).
Por otra parte, en Francia, también condenaron a esta empresa, por haberle provocado daños neurológicos a Paul François, un agricultor de Lyonn. El granjero demandó a la multinacional en 2014 por no haber advertido en la etiqueta del herbicida Lasso (ya discontinuado por la empresa) que el producto contenía un 50% de monoclorobenceno en su composición. François había inhalado accidentalmente los vapores de un barril de Lasso que había quedado expuesto al sol, tras lo cual se desmayó y perdió la memoria.
Video: “Ordenan suspender el uso de agroquímicos. Vecinos enfermos en Pergamino”, en “Involucrados” por el canal América, 12 de abril de 2019.